Esos que tanto hablan de no remover el pasado con huesos y muertos, que dicen que exhumar al dictador genocida “no aporta nada al debate” (a qué debate se refieren es un misterio), esos que violan constantemente la Ley de Memoria Histórica, esos mismos deciden retirar (y con ello destruir) del cementerio madrileño de La Almudena las placas con los nombres de los allí fusilados entre 1939 y 1944. Fíjense bien en las fechas, es importante. Estas víctimas no son ni siquiera fusilados durante la contienda, sino durante la purga genocida que comenzó con la victoria franquista del 39. Seguir leyendo
