«Madrid será la tumba del fascismo”, leo el pasado 15 de enero en una pancarta durante la concentración de solidaridad con las feministas andaluzas en protesta al recién instaurado triunvirato de (ultra)derecha. Estamos en la Puerta del Sol, entre el edificio en el que se albergaba la Dirección General de Seguridad, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, y el cartel luminoso de Tío Pepe. Pienso en las contradicciones de esta maravillosa ciudad. Seguir leyendo