«Nuestras abuelas lo llevan en la frente. Como tantos mayores de nuestros pueblos. Sentir vergüenza del lugar de donde vienen. Esconder las manos en los bolsillos de sus batas cuando llega visita de fuera. (…) Trabajar sin descanso para que sus hijos se puedan marchar. Asimilar como normal todo lo que se les arrebató y las convirtió en ciudadanas de segunda”. Este pasaje pertenece a Tierra de mujeres, un ensayo donde María Sánchez habla de las mujeres que, en contra de la inercia de la historia, no dejaron sus casas familiares ni su tierra, que se quedaron con sus hombres o sin ellos en el campo, que resistieron el éxodo masivo a la ciudad desde los años sesenta hasta el presente». Seguir leyendo