“Muerte a los árabes”, escucha Sayed Kashua gritar en las calles de Jerusalén, y ese grito, cuenta el escritor, le rompe por dentro. No es la primera vez que lo escucha, aunque con suerte igual es la última. Después de ese día, Kashua decide dejar su país, Israel, y emigrar con su familia a Estados Unidos. El grito de esos jóvenes judíos —“muerte a los árabes”— es para Kashua la culminación de un fracaso colectivo y también personal. “Llevo 25 años escribiendo en hebreo y no ha cambiado nada. Veinticinco años aferrado a la esperanza, creyendo que no es posible que la gente esté tan ciega”. Sin motivos para el optimismo, durante 25 años este autor árabe-israelí ha creído “que sería posible que un día los israelíes dejarían de negar la nakba, la ocupación y el sufrimiento del pueblo palestino. Que un día los palestinos estarían dispuestos a perdonar, que juntos podríamos construir un lugar en el que valdría la pena vivir”. Seguir leyendo