«Cuando hablábamos con los familiares de víctimas del franquismo o de los deportados madrileños que murieron en campos de concentración nazis tuve sensaciones muy parecidas a las de aquellos años, cuando me reunía con víctimas del terrorismo en Euskadi. Eran personas que habían pasado años en silencio, a las que nadie había hecho caso en su dolor y sus demandas. Y después de tantos años, alguien les escuchaba. En todos estos casos, las políticas de memoria tienen un efecto reparador». Así respondía Txema Urkijo a mi pregunta sobre sus experiencias en el Ayuntamiento de Madrid como responsable de Memoria en la Oficina de Derechos Humanos y Memoria. Seguir leyendo