De 1997 a la primavera de 2014 viví en EE.UU., con una nueva estancia de cuatro meses en 2015 que me confirmó que mi periodo americano había llegado a su fin. Éstas son las crónicas que no escribí durante esos años. Me doy cuenta ahora de que durante casi veinte años tuve poco tiempo para reflexionar sobre cualquier cosa que no tuviera que ver con mi trabajo académico, absorbida primero por completar mi doctorado antes de que se me acabara la visa de estudiante y después metida en la ruedita de hámster del sistema universitario estadounidense. Escribo estas crónicas desde Madrid, al comprobar que a alguna gente le interesa lo que les cuento sobre mis sucesivos intentos de adaptación a la vida norteamericana, sobre la lógica empresarial de la universidad, sobre la sociabilidad de los grupos, los efectos del sistema en el individuo, y otras cuestiones mucho más mundanas, como la diferencia entre comprar en un supermercado con delicatesen y cientos de productos ecológicos y un hipermercado «low-cost». Así que he decidido ordenar esas ideas deslavazadas que salen en las conversaciones e ir pensando y escribiendo sobre ellas de forma un poco más metódica. Y compartirlas aquí, por si alguien las quiere leer, a partir del 1 de agosto .
Las entradas americanas se interrumpirán de vez en cuando con otros temas que me interesan o, mejor dicho, obsesionan (la «Cosa Vasca», como la llama Iban Zaldua, seguro que aparece por aquí) y con alguna reacción a libros o películas que me inspiren un comentario.
Deseando que llegue el 1 de agosto para que empieces a contar aquellas cosas que no merece la pena que nos inspiren y las otras cosas que sī que deberíamos aplicar aquí. Good luck!
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