Señalar al enemigo, calificarlo para descalificarlo: vieja cuestión de lo político. Ahora bien, el primer reflejo, cuando todavía no se sabe nombrar eso que se empieza a temer, es emplear nombres del pasado». Esta reflexión aparece en el libro ‘El miedo: historia y usos políticos de una emoción’ (publicado por Clave Intelectual), una breve conversación filosófica y política sobre el miedo entre Patrick Boucheron y Corey Robin. Como ven, los autores equiparan «eso que se empieza a temer», es decir, eso que nos causa una inquietud que posiblemente se convertirá en miedo, con un enemigo. Y es que aquello que tememos y que supone una amenaza, ya sea personal o colectiva, se convierte en nuestra imaginación casi inmediatamente en alguien o algo a quien vencer o de quien huir, si resulta ser demasiado poderoso, o a quien someterse, si la victoria o la huida son imposibles. Seguir leyendo