Sobre la falta «memoria democrática».
Han pasado 36 años. Cuando los hicieron desaparecer, entre los dos no sumaban 50. Sus rostros, esos que vimos durante años en tantos carteles de nuestros pueblos, han permanecido inalterados. Mejor relegar al rincón de los horrores las imágenes de sus cadáveres cubiertos en cal viva, el relato de las torturas que sufrieron por parte de miembros de la Guardia Civil, durante días encerrados en el sótano del palacio de la Cumbre en Donostia, residencia oficial de Julen Elgorriaga, gobernador civil de Gipuzkoa del PSOE-PSE. Seguir leyendo