Esta última semana las redes sociales han ardido con condenas al racismo y la brutalidad policial en Estados Unidos. Las calles de París, Ámsterdam, Londres, se han llenado de manifestantes que han desafiado al coronavirus (las fotografías, por cierto, me han causado una sensación extraña, como si no fueran posibles hoy) porque la causa merecía la pena. Es conmovedor ver este estallido de indignación (lo digo sin ironía), es necesario. Yo también he estado reflexionando estos días sobre el tema y he escrito sobre ello. Y sin embargo… seguir leyendo