En Presos contra Franco (Galaxia Gutenberg, 2019) Mario Martínez Zauner despliega una investigación en profundidad de la senda del militante antifranquista, desde la clandestinidad a la cárcel, pasando por el obligado periodo de detención y torturas en la Dirección General de Seguridad. Hablo en masculino porque, a pesar de que hay alguna mención a las mujeres antifranquistas, no aborda su análisis. He recordado otros testimonios como los de Juana Doña y Lidia Falcón, quienes también pasaron por la DGS y fueron allí salvajemente torturadas. Después de leer el libro me han entrado ganas de acercarme a las inmediaciones del edificio en el que se albergó este organismo del franquismo, dependiente del Ministerio de Gobernación y situado en la mismísima Puerta del Sol, kilómetro cero de España. Es uno de los edificios más conocidos del país, no tanto por esta historia o porque fuera Casa de Correos o ahora la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, sino por su campanario donde está (y ha estado siempre, también mientras era la DGS y se torturaba a los presos y presas en su sótano) el reloj que da las campanadas cada 31 de diciembre. Ese reloj. Ese edificio. Esa historia. Seguir leyendo